Existen registros de que el maravilloso arte del Vino inició aproximadamente entre los años 6.000 y 5.000 a.C., con los primeros cultivos de uvas. Si bien se presume que las primeras producciones de vino se dieron de manera «accidental», fue hasta el año 3.000 a.C, en la antigua Mesopotamia donde se inició la producción controlada de este líquido.
A su llegada a Egipto, el vino empezó a ganar popularidad, convirtiéndose en una bebida de élite, de tal manera que incluso los faraones eran enterrados con vasijas de vino. En el año 700 a.C, llega el vino a Grecia siendo el protagonista de ritos religiosos y fiestas.
Todo el arte y la ciencia de esta bebida empieza a cobrar forma en Italia en el año 200 a.C donde los romanos comienzan a experimentar con diferentes tipos de uva y se redactan los primeros libros y escritos sobre los cultivos de la vid y su producción. En esta época nacen lo que hoy conocemos como Enólogos, quienes se encargaban de hacer mezclas, aclarar y macerar los vinos que fabricaban. Desde ese entonces, el vino se extendió por toda Europa y posteriormente por América, llegando a ser hoy en día una de las bebidas más populares a nivel mundial.
¿El consumo de vino es saludable? La respuesta es SÍ, siempre y cuando lo consumamos con mesura ya que todo exceso puede afectar nuestra salud.
El vino, sin importar la sepa, puede traer múltiples beneficios a nuestro organismo. A continuación listaré los principales:
- Antioxidante y Cardioprotector: Aumenta la concentración de lipoproteínas de alta densidad, también conocidas como colesterol bueno, las cuales se encargan de transportar el colesterol de todo el organismo hacia el hígado para posteriormente ser eliminado. Así mismo, evita que ocurran cambios en la coagulación de la sangre, favorece la presencia de vitamina E y su ahorro, facilita la dilatación de los vasos sanguíneos, y disminuye la posibilidad de que se acumule grasa o colesterol en las paredes arteriales.
- Escudo contra enfermedades neurodegenerativas: Algunos de los componentes del vino ayudan a combatir los detonantes que dan lugar a las enfermedades neurodegenerativas. Se ha demostrado que su consumo moderado puede prevenir y funcionar como tratamiento para enfermedades como Alzheimer, Parkinson, Huntington, Esclerosis múltiple, entre otras. Adicionalmente, el vino puede activar los genes de longevidad.
- Ayuda a la digestión: El consumo de vino ayuda a la producción de jugos gástricos y aumenta la hormona gastrina, encargada de ayudar al estómago a liberar ácidos digestivos. De esta manera el proceso digestivo mejora, ayudándonos a tener un mejor estilo de vida, mantener la energía vital y prevenir enfermedades.
- Salud Bucal: Algunos estudios manifiestan que el vino presenta actividad antimicrobiana protegiendo a nuestros dientes de caries.
- Previene el cáncer: El vino puede causar la muerte de las células cancerígenas así como neutralizar los radicales libres que producen cambios en el ADN los cuales pueden provocar el desarrollo de esta enfermedad.
¡Es hora de consumir vino y vivir bien!